Las extensiones de pestañas tienen una duración promedio de 3 a 6 semanas
dependiendo del ciclo natural de crecimiento de las pestañas y de los cuidados seguidos. Para prolongar su vida más allá de este periodo, es fundamental seguir una rutina de mantenimiento, incluyendo retoques cada 15 a 21 días para rellenar los espacios donde las pestañas naturales se han caído. Durante las primeras 24 a 48 horas tras la aplicación, es crucial mantener las extensiones completamente secas, evitando duchas con vapor, saunas o sudoración intensa, ya que el adhesivo necesita tiempo para fijarse completamente. La higiene diaria es clave: se recomienda usar un limpiador libre de aceites y un cepillo de cerdas suaves para remover suciedad y maquillaje, lavando de arriba hacia abajo sin frotar ni tirar de las pestañas. Evita el uso de rímel, especialmente a prueba de agua, ya que puede debilitar el adhesivo, y también evita productos oleosos en el área ocular, como cremas o desmaquillantes con aceites. Dormir boca arriba y usar una funda de almohada de seda puede reducir la fricción y prevenir la caída prematura.
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