Las grietas en la superficie de las velas y los problemas de desmolde
son dos de los errores más comunes en la fabricación artesanal de velas, pero ambos pueden evitarse con prácticas adecuadas. La causa principal de las grietas es un enfriamiento demasiado rápido o desigual, especialmente si se colocan las velas en ambientes fríos, cerca de corrientes de aire o sobre superficies frías como piedra. Para prevenirlo, se recomienda verter la cera a una temperatura entre 55 °C y 65 °C, y dejar que se enfríe lentamente en un entorno templado y estable, lejos de corrientes de aire. Cubrir el recipiente con una toalla puede ayudar a mantener una temperatura constante durante el proceso de enfriado. Además, el uso de un termómetro es fundamental para controlar la temperatura de vertido y evitar que la cera se enfríe de forma abrupta.

En cuanto al desmolde, los problemas suelen deberse a una cantidad incorrecta de ácido esteárico, que si se usa en exceso puede hacer que las velas sean quebradizas, mientras que una cantidad insuficiente no facilita el desmoldado adecuadamente. La proporción ideal de ácido esteárico es entre el 5 % y el 10 % del peso total de la cera. También es importante asegurarse de que el ácido esteárico se disuelva completamente en la cera caliente antes de verterla, y que el molde esté limpio y, si es necesario, ligeramente engrasado con aceite vegetal o un desmoldante adecuado. Dejar que las velas se enfríen completamente antes de intentar desmoldarlas también es clave para evitar grietas o adherencias.
Si ya se han formado grietas, se pueden solucionar con técnicas como usar una pistola de calor para derretir ligeramente la superficie y rellenar las fisuras, o verter una pequeña cantidad de cera extra sobre la superficie para nivelarla. Para velas en tarros, asegurar una buena adherencia de la cera al recipiente también es esencial; se recomienda limpiar y secar bien el tarro, y en algunos casos precalentarlo ligeramente antes de verter la cera para evitar que se separe.
