El mantenimiento adecuado de las extensiones de pestañas es esencial para garantizar su longevidad y mantenerlas impecables
Tras la aplicación, es crucial evitar el contacto con agua durante las primeras 24 a 48 horas para que el adhesivo se fije correctamente. Durante este periodo, también se recomienda evitar el ejercicio, el sudor, el vapor de saunas o cocinas, y no tocarte los ojos ni dormir boca abajo, ya que la fricción puede deformar las extensiones.

Para mantener las extensiones limpias y en buen estado, se debe seguir una rutina diaria de cuidado que incluye una limpieza suave con un limpiador sin aceite o un producto específico para extensiones, utilizando un cepillo de limpieza suave o un aplicador sin pelusa. Es fundamental cepillar las pestañas diariamente con un cepillo limpio o un spoolie para mantenerlas separadas y evitar enredos, trabajando desde la base hasta las puntas con suavidad. Además, se debe evitar tocar o frotar las extensiones en exceso, ya que esto puede provocar una caída prematura.
En cuanto a los productos, se recomienda usar desmaquillantes a base de agua y sin aceite, ya que los productos con aceite pueden debilitar el adhesivo. También se debe evitar el uso de máscara de pestañas, especialmente la resistente al agua, ya que su eliminación requiere frotar y puede dañar las extensiones. Para dormir, se aconseja hacerlo boca arriba o usar una funda de almohada de seda o satén para reducir la fricción.
La duración de las extensiones depende del ciclo natural de las pestañas, que se caen progresivamente, por lo que es necesario programar rellenos regulares cada dos o tres semanas con tu lashista profesional. Durante estas sesiones, se eliminan las extensiones que han crecido y se añaden nuevas para mantener un aspecto completo y uniforme. No se recomienda intentar eliminar las extensiones por uno mismo, ya que puede causar daño a las pestañas naturales.
En el caso de las extensiones de cabello, el cuidado también es fundamental. Se debe cepillar desde las puntas hacia la raíz con un cepillo de cerdas naturales o un peine de dientes anchos para evitar roturas. Se recomienda lavarlas cada dos días con agua tibia, evitando el agua caliente, y usar champús y acondicionadores sin sulfatos ni alcohol para mantener la hidratación. Además, se debe evitar el uso excesivo de herramientas de calor, y si se usan, aplicar un protector térmico y utilizar temperaturas bajas. Antes de dormir, trenzar las extensiones o usar una funda de almohada de seda ayuda a prevenir enredos y roturas. También se debe proteger el cabello del cloro y el agua salada, enjuagándolo con agua dulce después de nadar. Finalmente, es importante visitar al estilista regularmente para mantenimiento y ajustes.
